FUNDACION INTERNACIONAL PARA LA EDUCACIÓN
HOLISTA
Doctorado En Educación Holista
INTELIGENCIA
ESPIRITUAL Y EDUCACIÓN HOLISTA
Wenceslao Ayala Haros,
Guadalajara, 2010
INTRODUCCIÓN
En este ensayo se habla de la
trascendencia de la inteligencia espiritual en la educación, siendo hoy por hoy
el paradigma de la Educación Holista donde se ha considerado a este tipo de
inteligencia como parte central dentro de toda experiencia educativa. Se alude
también a buda como creador de este concepto y de cómo es posible
desarrollarse. Se dan ejemplos de inteligencias espirituales brillantes, como
es el caso de políticos integrales, y
por último, se hace una reflexión acerca de la trascendencia que tiene el uso o
desuso de esta inteligencia como único camino hacia la espiritualidad.
INTELIGENCIA
Según los estudios acerca de la
inteligencia, en distintos tiempos, principalmente son los siguientes: Alfred
Binet trabaja acerca de la inteligencia racional; Howard Gardner aporta su
teoría de las inteligencias múltiples; Daniel Goleman habla de la importancia
de la inteligencia emocional; por último, hay otra visión que puede verse como
la más vieja, pero muy actual a la vez, que
las integra y trasciende a todas, y se maneja como inteligencia
espiritual.
Según Ramón Gallegos (2003), el primer nivel
de inteligencia está basado en nuestros instintos; el segundo nivel es
la inteligencia intelectual, basada en nuestra capacidad de razonamiento, y el
tercer nivel es la inteligencia espiritual, basada en la sabiduría. Considerando
estos tipos de inteligencia, podemos contar, hasta ahora, tres estadios de
inteligencia: inteligencia emocional; acerca del sentir; inteligencia
intelectual, acerca del pensar; e inteligencia espiritual, acerca del ser (Ramón
Gallegos, 2006). Existe una correspondencia entre los tipos de inteligencia y
los tres ojos de conocimiento (Wilber, ); a los niveles de inteligencia
emocional e intelectual corresponde el ojo de la mente, mientras que la
inteligencia espiritual opera con el ojo de la contemplación; es transracional,
puesto que va más allá de la razón. Al
reexaminar el concepto de inteligencia podemos reconocer tres grandes momentos:
El primer momento es el de la visión uniforme de la inteligencia que surge a principios
del siglo XX; el segundo momento es el de la teoría de las inteligencias
múltiples, en los últimos 20 años del siglo pasado; y el tercer momento es el
de la inteligencia espiritual. Desde la
nueva visión de la inteligencia espiritual, la teoría de las inteligencias
múltiples no es suficiente para lograr una visión integral, ya que se basan en
lo que Ken Wilber ha llamado el ojo de la carne y el ojo de la mente, pero no
llegan a utilizar el ojo del espíritu, es decir se trata de capacidades
mentales y sensoriales pero no de capacidades espirituales.
A principios de siglo XX, Alfred
Binet desarrolla el concepto de
inteligencia racional, el cual se caracteriza por una visión uniforme de
la realidad. Bajo esta visión, generalmente, se
entiende por inteligencia la aplicación de las facultades
lógico-matemáticas, dejando de lado otras áreas de las capacidades humanas. Está en vigor la idea de que la inteligencia puede ser medida a través de un
test concebido como coeficiente intelectual (C I) mediante el cual se puede dictaminar el nivel
intelectual del individuo, y así decretar quién es inteligente y quién no lo
es. Bajo esta mirada, existía la percepción de que se nacía inteligente o no, y nada podía
cambiar ese hecho. Este concepto de inteligencia nació bajo la visión
científica/industrial dominante en esa época; y sólo valora ciertos aspectos de
la conciencia, sobre todo la racionalidad instrumental (Gallegos, 2003).
En los últimos veinte años del
siglo XX, aparecen los estudios de Howard Gardner acerca de la inteligencia. Sus
estudios argumentan que cada persona tiene, por lo menos, ocho tipos de
inteligencia u ocho habilidades cognoscitivas. Sobre esta base su trabajo es conocido como la
teoría de las inteligencias múltiples. En este modelo, la inteligencia no es vista como algo
unitario, sino que, es vista como un conjunto de inteligencias múltiples,
distintas e independientes. Gardner reconoce que la brillantez académica no lo
es todo. Establece que para desenvolverse óptimamente en la vida no basta con
tener un gran expediente académico. Hay personas de gran capacidad intelectual
pero incapaces de, por ejemplo, elegir correctamente a sus amigos; por el
contrario, hay personas menos brillantes en el colegio que triunfan en el mundo
de los negocios o en su vida personal. En cada campo se utiliza un tipo de
inteligencia distinto. No requiere poseer una inteligencia ni mejor o peor, ni
mayor o menor, pero sí distinta. No existe una persona más inteligente que
otra; simplemente, sus inteligencias pertenecen
a campos diferentes. Al definir la inteligencia como una capacidad Gardner la
convierte en una destreza que se puede desarrollar.
Partir del punto y
regresar al punto; ese es el punto.
Hablar de un punto de partida es
indispensable para ubicarnos en un origen, en un inicio, en un principio o
comienzo de algo o de alguien. Hablar de una vida implica en primer lugar saber
de dónde proviene (qué es lo que la produce). Los seres humanos, al nacer,
echamos a andar el paso llevando como herramientas nuestros sentidos físicos,
que se van desarrollando teniendo como campo de entrenamiento el propio mundo,
físico también, en el que nos toca vivir. Distancias más, distancias menos,
estos sentidos se van desarrollando en la medida que los ejercitamos, de manera
que, podemos llegar a cierta destreza en el uso de los mismos, pero que no va
más allá de habilidades desarrolladas únicamente en contextos objetivos. De
esta manera, a tanto y tanto andar el camino por este mundo sensorial, se
desarrolla una tendencia a suponer que
todo es objetivo, cosificándolo todo, a tal punto que entre más caminamos, más
se arraiga esta idea. Entretenidos en el paisaje que aparece ante nuestros
sentidos, llegamos a creer que todo se reduce a lo que vemos, oímos, olemos y
sentimos, de modo que va siendo muy difícil percatarnos de nuestro verdadero
origen. Puesto que no nacemos con este conocimiento, y a fuerza de usar
solamente los sentidos es que se va desarrollando solamente la conciencia
objetiva. Sin embargo, por encima de los sentidos tenemos otro recurso para captar la realidad;
contamos con nuestro aparato psíquico, que aunque mucho ayuda, no siempre es
suficiente para trascender nuestra conciencia objetiva; sobre todo si está bajo
una influencia educativa que se rige por un esquema predominantemente mecanicista
y objetivista donde lo humano se restringe a lo material y a lo mecánico. Sin
embargo, gracias a que nuestra cultura contiene otras aportaciones, nos hemos
dado cuenta de que hay algo más allá de lo físico y de lo psíquico, de manera
que podemos aspirar a reencontrarnos con nuestro verdadero origen (regresar al
punto de partida), lo cual implica un proceso de evolución de la conciencia
basado en el autoconocimiento para poder sobreponer, en primer lugar, la razón
a los sentidos; y en segundo lugar, sobreponer la sabiduría al conocimiento que
surge como producto de la pura racionalidad. Este campo de la cultura que
trasciende lo científico es lo que se conoce como filosofía perenne, dentro de
la cual se destacan las grandes aportaciones de quienes han trabajado con una
visión integral del ser humano desde una dimensión tanto individual como
universal, reconociendo de fondo la esencia de lo divino. Desde entonces, surge
un concepto de inteligencia referido a la capacidad de ver el mundo como un todo y de sentirse uno con
el todo, con una visión de totalidad donde lo local y lo universal son uno y lo mismo. A este tipo
de inteligencia, buda lo llamó vipassana; más tarde también conocido como bodichitta. Actualmente se utiliza el término
inteligencia espiritual para referirse al mismo concepto.
INTELIGENCIA
ESPIRITUAL
Según Ramón Gallegos (2006), a principios de siglo XXI se está
generando una corriente muy importante acerca de un nuevo tipo de inteligencia,
identificada como inteligencia espiritual, la cual es necesaria para que ayude
a clarificar un entendimiento verdaderamente
integral, y que ayude en el proceso de evolución de la conciencia. La inteligencia espiritual es la más vieja y
la más nueva al mismo tiempo; se trata de la capacidad para estar en armonía
con la totalidad generando sentido para vivir. La inteligencia espiritual es
una experiencia transpersonal, transracional, transconvencional; desligada de
religiones, dogmas, mitos, y teologías (Gallegos, 2006), y sólo a través de este tipo
de inteligencia es posible encontrarle sentido espiritual a la vida, individual
y colectivamente, ya que nos da la capacidad para tener un sentido de totalidad
y relacionarnos armónicamente con la realidad universal.
La inteligencia espiritual ha sido
captada por la neurociencia; en particular la neurobiología. La base empírica
de la inteligencia espiritual reside en las neuronas, específicamente en los
lóbulos temporales; se dice que se vive
una experiencia de intensa alegría hacia temas espirituales. Esta zona ha sido
identificada como punto divino.
La inteligencia espiritual se
entiende también como la capacidad de estar en armonía con la totalidad
generando sentido para vivir. Sobre todo, este tipo de inteligencia es el
camino para desarrollar nuestra verdadera naturaleza: la espiritualidad, cuya
esencia es el amor universal. Sólo a través de este tipo de inteligencia es
posible resolver actualmente los problemas más graves de los seres humanos: el
hedonismo (la adicción al placer de los sentidos) y el nihilismo (relativismo
moral; nada es bueno o malo ). La inteligencia espiritual es la capacidad de
resolver los retos de la vida sin crear sufrimiento en los demás ni en uno
mismo; es reconocer y valorar la vida misma; que nos lleva a trascender la
ignorancia y alcanzar la autorrealización.
Para Ramón Gallegos (2005), la
inteligencia espiritual tiene las siguientes características: Por encima de
todo, lo más trascendente de la inteligencia espiritual es la capacidad para ser feliz
no a causa de las circunstancias, sino a pesar de las circunstancias.
La
inteligencia espiritual sirve también para llegar al discernimiento a través
del ojo del espíritu. Por el camino de la autoindagación es posible llegar al
autoconocimiento y darnos cuenta de nuestra verdadera naturaleza. Por medio del discernimiento es posible
distinguir la visión no dualista de la visión dualista de la realidad. La
realidad dualista es una construcción mental, Una construcción
social, Una construcción cultural. Es impermanente
porque está en el tiempo y en el espacio; es insustancial porque la materia no
existe; y es insatisfactoria, puesto que la felicidad no existe; en esta
realidad no es posible la espiritualidad.
En cambio, la realidad no dual es
permanente; es imperecedera; tiene sustancia: el
espíritu, y es satisfactoria: hay felicidad. (Gallegos, 2010)
Desarrollo
de la Inteligencia Espiritual
La inteligencia espiritual se
desarrolla practicando la concentración recta, las cual nos permite entrar en
un estado meditativo. De esta observación concentrada surgen el bienestar, la
paz y la felicidad. En sí, la inteligencia espiritual
se desarrolla practicando el óctuple
noble sendero, esta práctica implica el desarrollo moral, el desarrollo
de la sabiduría y el desarrollo del autoconocimiento. Es la inteligencia del
nivel superior que trasciende e incluye a los dos niveles inferiores: la
inteligencia emocional y la inteligencia intelectual.
En fin, la práctica del noble
sendero, es la inteligencia espiritual en uso; es el camino espiritual para dar
con la medicina que necesitamos para terminar con nuestro sufrimiento. Y el
lugar donde se encuentra esta medicina es
nuestro propio corazón.
Inteligencias
espirituales brillantes
En la vida real tenemos ejemplos muy
claros de personas con una inteligencia espiritual desarrollada a muy alto
nivel. Además de un buen número de maestros espirituales, podemos citar el caso
de políticos integrales o políticos de la compasión, quienes, a través de
prácticas de paz y no violencia, con el corazón por delante como su mejor arma,
han sido capaces de realizar grandes obras en
beneficio de su pueblo. Como ejemplo, tenemos el caso de Mahatma Gandhi,
que ayudó a su pueblo para el logro de
la independencia del yugo inglés. está el caso también de César Chávez, luchador
incansable por la reivindicación de los
trabajadores del campo en EE.UU. en este mismo país está el caso de Martin Luther King, en la lucha en
contra de la discriminación racial. Tenemos también al Dalai Lama, en su lucha por la libación de su
pueblo a Nelson Mandela Primer presidente negro de Sudáfrica.
Luchador incansable por la paz, la democracia y la justicia social. Sobre todo
por la segregación racial hacia los negros. En México está el caso de José
Vasconcelos fundador de la UNAM, inspirado por la encomienda de que “por mi
raza hablará el espíritu”.
Producto de su lucha por el bien de
todos, estos grandes hombres nos han heredado hermosos pensamientos que
reflejan sus corazones pletóricos de amor.
“hemos aprendido a volar como los
pájaros, a nadar como los peces; pero no hemos aprendido el sencillo arte de
vivir como hermanos”. (Luther King).
“Todos tenemos el poder de ser o hacer algo maravilloso…el poder así
entendido está al alcance de todos; en realidad es el poder de ser felices”.(Thich Nhat
Hanh).
“La esencia de la no violencia es el amor”. Thich
Nhat Hanh
“Desarrollo espiritual en el sentido simplemente de tener
un corazón bueno y compasivo”. (Dalai Lama)
“sólo dando tu vida la puedes
encontrar” (César Chávez )
Inteligencia espiritual y
educación
Según el concepto que tengamos de
inteligencia guiaremos nuestros sistemas educativos. La inteligencia espiritual
es la única que nos hace honestos, por eso debe ser el centro de toda educación
verdadera, una educación que no promueve la inteligencia espiritual no pasa de
ser una simulación; por eso es el centro de la educación holista. dentro de la
educación, lo más importante es que
aunque la espiritualidad no puede ser enseñada académicamente, si puede estar
en toda actividad ya sea académica, artística o de otra índole, basada en
valores espirituales y en principios de unidad, interdependencia, así como
diálogos holistas, platicas espirituales, lectura sagrada, poesía mística
oriental y/u occidental, campamentos donde los niños sientan su relación con el
planeta y con el universo (Gallegos, 2003).
Dentro de la educación, el amor
universal es central porque el conocimiento académico es importante pero nunca
suficiente para un comportamiento responsable. La educación holista es el
reconocimiento de este amor universal como realidad educativa fundamental (Ramón
Gallegos, 2003)
En México, tenemos el caso de
Vasconcelos, creador del sistema educativo nacional. Al fundarlo pronunció que
la educación en nuestro país debería estar cimentada por el único material
resistible a todo como lo es el amor universal; porque sólo el amor entiende, y
por eso, sólo el amor corrige. Las siguientes palabras forman parte de algunos de
sus discursos estando a cargo de lo que actualmente es la Secretaría de
Educación Pública: “Se requiere de una auténtica revolución educativa que
llegue por fin a los espíritus. Sin embargo, lo primero que hay que cambiar es
nuestra disposición hacia la vida. Sustituyendo el encono con la disposición
generosa. Es necesario revalorar la cultura, devolviéndole a la humanidad la fe
perdida; la tarea es impulsar a todos, hombres y mujeres, niños, jóvenes y adultos a una lucha común hacia el desarrollo de una
actitud con sentido planetario que nos
haga vernos como hermanos a pesar de todas nuestras diferencias. Necesitamos
aprender a practicar la solidaridad y la fraternidad sin distinción de clases
sociales, de inclinaciones políticas y de credos religiosos. Lo difícil de
nuestra realidad requiere ahora de una verdadera reforma, que debe partir desde
nuestra propia conciencia. Yo sólo sé que el milagro del espíritu no reconoce
límites”
El educador holista
Para impulsar el desarrollo de la
inteligencia espiritual dentro de la escuela, se requiere de educadores holistas. Un educador holista es consciente
de la práctica integral; de que no es suficiente con tener una teoría, porque
esto es apenas una parte; la otra mitad es una práctica realmente educativa
impregnada de espiritualidad. La integración de ambas es lo que hace posible
realmente una educación integral.
Para la realización de la educación
holista se consideran cuatro niveles
de apropiación: primer nivel, es el
interés por conocer qué es la educación holista; segundo nivel, es el de la información para saber de qué se trata; tercer nivel, es el del conocimiento.
Entendimiento a profundidad del sentido y de las bases, principios estrategias
y expectativas. Cuarto nivel, es el
de la sabiduría; la transformación de nuestra propia conciencia a través de la
experiencia directa de la espiritualidad; este es el nivel hasta el que debe
llegar todo educador holista, como base para proyectar a los estudiantes hacia
el desarrollo de la inteligencia espiritual.
Conclusiones
Hoy por
hoy, la humanidad ha propiciado un
ambiente muy difícil para tener una vida digna en forma colectiva, a tal grado
que ya no sólo es difícil vivir con dignidad, sino que hemos llegado como
sociedad a un alto grado de autodestrucción, al punto de poner en riesgo la
propia sobrevivencia del planeta. Todo esto debido a una serie de errores que en el fondo tienen como motivo
nuestra visión errónea de la realidad, causada el uso limitado de la
inteligencia. De los tipos de inteligencia de que se habla en el presente
ensayo, principalmente se hace uso de la inteligencia racional y emocional, así
como de las inteligencias múltiples, pero si queremos aspirar a mejores formas
de convivencia y que remos ser realmente felices, necesitamos hacer uso, sobre
todo, de la inteligencia espiritual. Sólo a través de la inteligencia espiritual
será posible alcanzar nuestros anhelos de “ser felices, no a causa de las
circunstancias, sino, a pesar de las circunstancias”.
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RAMON GALLEGOS: INTELIGENCIA ESPIRITUAL Y EDUCACION HOLISTA.
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