sábado, 24 de agosto de 2013

LA EDUCACION HOLISTA DE RAMON GALLEGOS

FUNDACIÓN INTERNACIONAL PARA LA EDUCACIÓN HOLISTA
Doctorado en Educación Holista

LA EDUCACION HOLISTA DE RAMON GALLEGOS
Ricardo García Pérez, Guadalajara, 2013
INTRODUCCIÓN

El documento que se presenta, es un ensayo académico derivado de cinco libros del Dr. Ramón Gallegos, lo que se presenta en este modesto trabajo, no pretende abarcarlas todas, sino que prioriza aquellas que solo dan inicio a un conjunto de reflexiones sobre el nacimiento de la Educación Holista, la visión más allá de la educación mecanicista, el cambio de paradigma, la nueva educación, e intenta reflexionar sobre lo que es la Educación Holista y cuáles son sus alcances y dimensiones educativas.

Particularmente, el ensayo hace suya la invitación que la guía didáctica del curso, coloca en su presentación, a tomar dicho curso  “no sólo como un proceso de adquisición de conocimiento académico sino principalmente como un viaje de aprendizaje hacia la interioridad de ti mismo, contextualiza este curso dentro de tu propia vida profesional, social, familiar y espiritual. Los materiales e instrucciones que aquí se presentan son sólo el punto de partida para el diálogo y la indagación, el mejor recurso es tu propia creatividad y el uso de tu inteligencia”. Recomendándonos además, que consideremos que “Todas las lecturas y prácticas son insumos para tu tesis doctoral”. En ese sentido, el ensayo presenta reflexiones y puentes de relación entre la Educación Holista y una posible Educación Física con esa visión, mismas que desde mi propia experiencia profesional, personal y espiritual he convertido en tema de investigación para este Doctorado.

La importancia que la Educación Holista reviste en nuestros días es de tal magnitud, como lo es la urgencia de dar solución a los problemas que el paradigma mecanicista, cientificista y racional instrumental nos ha heredado, manteniéndonos en una profunda crisis y con una devastación galopante que amenaza con extinguir la vida en el planeta. Puede parecer muy dramático este comentario, sin embargo,  acostumbrados como estamos a suponer o asumir que nada sucede si no nos sucede directamente, podemos pretender vivir en la ingenuidad, en la irresponsabilidad o en todo caso en el riesgo de perecer o nuestras generaciones futuras y que por incapacidad, comodidad o por mantener una percepción de la realidad distorsionada, fragmentada y falsa, ni nos enteremos. La realidad está en nuestra capacidad para distinguir y percibir correctamente, sin domesticación o adormecimiento de nuestra mente y percatarnos de que la vida en el mundo se ha degradado intensa y profundamente  en casi todo los niveles de la totalidad en donde el ser humano participa y frente a este estado de cosas hay que hacer algo.
Ese algo, lamentablemente no puede ser una acción que corrija una parte, como si de un parche se tratara, porque podemos llenar la vida en el planeta de parches y no vamos a poder solucionar la problemática en la que ya nos encontramos como humanidad. La esencia de cualquier problema que identifiquemos, no está afuera de nosotros, somos nosotros mismos el problema. Está en nosotros mismos y en el limitado desarrollo y comprensión que tenemos de  nosotros mismos y eso no se corrige con tecnologías o con mayores conocimientos del mundo. En cualesquier problema de los que hoy en día identifiquemos como importante de atender y dar solución, vamos a encontrarnos a nosotros mismos como los causantes y lo que es peor, los amenazados por sus efectos.
¿Cómo atender eso?, ¿cómo entrarle a la esencia del problema, si la esencia de él es la conciencia humana y lo que genera en sus conductas?, ¿cómo reconocer que somos nosotros y que existen posibilidades para cambiarnos desde lo más profundo, para dejar de hacer guerras, crímenes, conquistas, explotaciones, saqueos, muerte y extermino?, estas y muchas otras más preguntas, por supuesto mejor elaboradas que las mías, no hacen más que apuntar a que es desarrollando la conciencia de los seres humanos que podríamos cambiar el orden de las cosas, y un cambio así solo se logra con educación, con provocar un despliegue profundo de la prístina conciencia humana.
Necesitamos una educación que nos invite a descubrirnos a nosotros mismos antes que al mundo exterior,  y comprenderlo. Requerimos una educación que nos permita percibir la realidad tal cual es y no adoctrinamientos o domesticaciones  que manipulen nuestra mente para “no ver” o “ver de un modo conveniente”. Es necesario que una educación así, nos devuelva la multidimensionalidad que somos-siendo y el consecuente despliegue de todos los atributos de cada una de esas dimensiones. Es vital una educación que nos recupere como humanos creativos, armónicos, imaginativos, justos, compasivos, libres, espirituales y felices.
La Educación Holista es la posibilidad de todo esto y mucho más y en ello radica su importancia.Así habría que considerar el planteamiento que dé inicio a su obra “Educación Holista, Pedagogía del amor universal”, el Dr. Ramón Gallegos nos presenta, para explicar profusamente como surge la Educación Holista y para ello expone que en los últimos cuatrocientos años hemos vivido en las sociedades occidentales cambios y épocas en donde los paradigmas se han estado dinamizando y con ello todo lo que estos contienen.

Comienza exponiendo un periodo antiguo, -habrá que ubicarse más allá del siglo XVI- en donde la vida de las personas estaba caracterizada por un dominante y riguroso esquema político y económico que la iglesia sustentó, y que en base al control de las ideas, los pensamientos y las prácticas religiosas,  mantuvo un orden social y cultural conveniente a sus intereses. Un periodo de tiempo que como sabemos, además de muy largo, significo una especie de obscuridad de la humanidad, al menos de la humanidad de esa parte del mundo en las que floreció y de aquellas en las que su violenta influencia alcanzó. El dogma, el miedo, la culpa, la fe, el control de la vida, la muerte y más allá de ella, fueron algunas de los principales instrumentos de control, vigilancia y castigo de la vida de las personas de esos tiempos.

Cuando pienso en esa época y lo que debió haber sido y significado el conocimiento del cuerpo humano y su correspondiente movimiento, -pensando en una posible intervención educativa en él, más allá del cuidado con propósitos de conservación de la vida y su salud-, comprendo una buena parte de la que hoy es la Educación Física y la valoración que social y culturalmente se le asigna. Tantos siglos de negación y vergüenza por el cuerpo humano, tanto castigo corporal a fuerza de ser el vehículo del pecado, tanto odio y contradicción por ser el aprisionamiento del alma y/o espíritu, tantas emociones e impulsos castrados de los cuales el cuerpo en gran parte era responsable. Seguro que muchos de estos valores e ideas subsisten en la gente de nuestros pueblos y con ello, su propia relación con el cuerpo, su cuerpo, el del otro. Sabemos que en esos tiempos, la atención consiente a cualquier práctica o actividad (ya fuera búsqueda de conocimiento, expresión social, atención médica, educación  o expresión estética) en donde el cuerpo humano   fuera el centro de interés, estaba amenaza con la muerte y el martirio torturante, la Educación corporal no existía formalmente y la educación en general solo evangelizaba o adoctrinaba.

Podría profundizar más en el análisis que sobre los valores asignados al cuerpo en esta época se promovieron, sin embargo, me percato que Gallegos Nava en su exposición, centra su atención no aquí sino en el siguiente paradigma con sus correspondientes cambios de época, para explicar cómo surge a su vez y en su momento  el paradigma Holista. El paradigma y la correspondiente Educación Holista nace en una serie de procesos que intentan dar respuesta y solución a los problemas que generó el   paradigma anterior y este fue el científico que llevado a su radicalización se convierte en ideologización, en dogma, en cientificismo, en control nuevamente. Vamos a referirnos con calma a este modelo.

Con el propósito de abrirse camino de la obscuridad de pensamiento y del dogmatismo en las ideas, con el arribo de nuevas formas de imaginar el acceso a la riqueza material, económica y al poder, con la fuerza e impulso de la naturaleza humana por conocer al mundo y a el mismo, surge paulatinamente un nuevo paradigma en donde el papel de la ciencia va a ser determinante para el logro de los propósitos anteriores. El cambio o transición del paradigma dogmático-religioso al científico, significo, como todos los cambios de época, un puente caracterizado de tensiones, descalificaciones, imposiciones y lucha entre las viejas ideas y visiones de mundo y sus correspondientes prácticas sociales y culturales y las nuevas. Toda transición conlleva justamente una combinación de lucha, tensión, liberación y catarsis entre lo que no termina de acabar y lo que no se cansa de comenzar. Los dogmas y doctrinas de la iglesia fueron dando paso a las grandes teorías y leyes científicas, antes perseguidas, así, hasta que finalmente, la ciencia se erigió como autoridad de la verdad y de la visión cultural del mundo y de la vida. La iglesia se arrincono, conservando para sí, el dominio y reino de la religiosidad y con ello arrastro también a la  espiritualidad.

La ciencia como paradigma, lleva más de trescientos años vigente y aunque actualmente nos encontramos en un cambio de época, se mantiene presente con mucha fuerza en la vida cotidiana de toda sociedad moderna. Este modelo basado en el conocimiento científico de la naturaleza, la sociedad y la realidad entera, se caracteriza por una rigurosa racionalidad que privilegia a lo objetivo y se vale de la constatación empírica para sostener un criterio de verdad confiable que le arranque el misterio a los fenómenos de la realidad. La triada de pensadores científicos que impulsaron este modelo son Bacon, Descartes y Newton y entre las ideas de ellos tres y muchos más que les siguieron y siguen, se han encargado de enriquecer al mundo con sus descubrimientos, tecnologías, avances y progresos. Sin embargo, el otro lado de la moneda no es tan alegre y festivo. El costo por pretender sacarle a la tierra todas sus riquezas ha dejado al planeta y a los seres que le pueblan, devastados y amenazados de extinción, desdicha y muerte, el culto a la objetividad a extraviado el sentido de vida y el propósito profundo  de la existencia de las personas, la espiritualidad se confundió con religión y se le segrego aún más y la vida dejo de ser sagrada para mucha gente que prefirió enriquecerse  en una visión de vida y mundo corta, inmediata, materialista y enfermamente posesiva.

Reflexionando y sintiendo míos, estos primeros acercamientos a lo que la Educación Holista es, me puedo imaginar posible una Educación Física Holista, de la  cual podría decir que primeramente habría que concebirla como  una verdadera educación desde la motricidad-, la cual ha tenido que superar también no nada más la taylorización y positivización del cuerpo humano y su movimiento, sino que además, ha requerido romper el paradigma de los dualismos que desde Platón hasta Descartes hacían del cuerpo humano , una prisión del alma en el caso del primero y un instrumento de la razón en el segundo, en ambos casos, el ser humano una entidad dividida, fragmentada, fracturada de sí misma, un  paradigma cientificista mecanicista, positivista en donde  el cuerpo humano y su movimiento ha sido convenientemente concebido,  abordado e intervenido,   para el trabajo y la explotación en un mundo natural al que hay que arrancarle de sus entrañas sus riquezas para beneficio del progreso y del orden social. Estas primeras superaciones epistemológicos, abren el camino de una real y verdadera educación desde el cuerpo y sus movimientos con significación profunda,  y deja atrás a las educaciones físicas deportivo-patrióticas-guerreras o a las higiénicas-gimnasticas-laborales-productivas caracterizadas por la  contradicción y los  reduccionismos, al pretender educar a lo físico, es decir a  la materia o estructura y sus sistemas, como si estos  tuvieran conciencia susceptible de ser educada, o  a confundir o intercambiar “convenientemente”, lo que se entiende por educación con entrenamiento, instrucción o  domesticación.

Una  Educación Física emergente  fundamentada en la Educación Holista,  puede ver en cada educando a un ser con conciencia y subjetividad, a un niño o niña multidimensional e interdependediente con su entorno total, a un alumno,  al que se le  respete  la versatilidad que en modos y formas de aprender tiene cada uno. Una Educación Física Holista atenderá a los diferentes niveles de totalidad en la que todo acto educativo requiere de ser expandido y considerará que el movimiento corporal más que movimiento mecánico, será una expresión dinamizada de la conciencia del ser corporoemocionalmentalespiritual que somos. Así, la visión holista de una Educación Física emergente,  va a permitirnos abordar la diversidad de las inteligencias, incluida y priorizada la espiritual, con toda la capacidad educativa que tiene la motricidad global y sus diferentes ámbitos de intervención.

Una Educación Física Holista nos permitirá desmitificar el ser corporal  educable y comprender como poder acceder a la espiritualidad desde la conciencia del cuerpo que no nada más tenemos sino que también somos, es decir, que más allá de órganos, músculos, ligamentos y tendones, también somos un cuerpo que se construye social, psicoemocional, cultural, simbólica, energética  y espiritualmente y que al moverse con intención y relación nos descubre múltiples e indivisibles. En este sentido es relevante el imaginar posibles estrategias y metódicas educativas que pongan en relieve vivencias lúdicas alegres y vitales que al tiempo que nos permiten conocernos a nosotros mismos, nos hacen más humanos.

Por eso pienso que una Educación Física como esta, nos permitirá conocer, comprender y explorar  estrategias y actividades que  estimulen a los niños a aprender  jugando, creando, fraternizando, colaborando, pensando, reflexionando, inteligiendo  y sintiendo juntos en la resolución o vivenciacion de algún acertijo motriz para la estimulación de la espiritualidad en ellos. Creo que una Educación Física para la paz es posible, si acercamos actividades de cooperación más que de competición, actividades que les enseñen a los niños a resolver problemas juntos cooperando entre si e incluyéndose en lugar de eliminarse luchando entre sí.

Me imagino una Educación Física Holista que promueva el aprendizaje de nuevos y esenciales contenidos  que estimulen la inteligencia espiritual en los niños, tales como su acercamiento al silencio, la quietud, la atención y la concentración, comenzando por ser conscientes de su propia respiración y relajación. Vemos una sesión educativa que no se reduzca al patio, sino que pueda retornar a la naturaleza en la medida de lo posible y que los niños y niñas perciban su conexión con lo vivo, con el todo unificado que somos, una gota de sudor un océano entero. 
Asumo la inquietud de acercar a la sesión educativa la herencia humana universal de métodos y formas de motricidad inteligente que originadas en diferentes tradiciones culturales de todos los tiempos, son el conjunto de la sabiduría ancestral y perenne de la humanidad en las que su origen, despliegue y evolución cultural no obstaculizan su colocación y aprovechamiento en la educación contemporánea, nos estamos refiriendo a tradiciones de educación corporal y motriz como el Yoga, el Tai chi chuan, el Chi kung, los Pranayamas, la meditación, las danzas circulares, la motricidad rítmica, la bioenergética, la eutonia y un largo etcétera. Todas y cada una de estas maneras,  adecuadas psicopedagógicamente a los diferentes niveles y dimensiones de los alumnos y de los procesos educativos que se correspondan nos permitirán una Educación Física Holista y una educación auténticamente integral..

Distingo que una Educación Física Holista, partiría de un proceso de transformación y concientización del educador o motricista, considerando que este es pieza clave para la posibilidad de educar en una nueva conciencia a los niños, adolescentes y jóvenes. Esta conciencia, le permitiría al docente educador primeramente auto explorarse y establecer un orden interior en el mismo, para después irse haciendo del conocimiento y comprensión de la visión holista de educar y de todos sus fundamentos epistemológicos

En la actualidad no existen evidencias en nuestro país de algún tipo de propuesta didáctica o psicopedagógica  que integre a una Educación Física de este tipo a la educación  formal. Las pocas experiencias que existen, se reducen a la presentación de algunas de estas técnicas y métodos de trabajo psicocorporal aislados de procesos formales de  educación, fuera de la escuela o si los hubiere en ella, estos se encuentran desligados de la asignatura escolar que por su naturaleza y que por la forma en que está organizado el curriculum  y horario escolar debiera de abordar estos contenidos y su aprendizaje, nos estamos refiriendo a  la Educación Física. Existen algunas escuelas privadas de educación básica  que ofrecen talleres extraescolares actividades de meditación,  yoga, expresión corporal y arte, pero insisto, no forman parte de ni de los objetivos, contenidos y actividades de la Educación Física convencional escolar.

Hay una parte de la obra de Gallegos Nava, en la que aborda lo que él llama tres relaciones epistemológicas generales con el kosmos y en ellas centraré por último mi atención. Con el propósito de superar el conflicto que se genera a partir del reduccionismo  resultante del paradigma cientificista aplicado a la educación, el Dr. Gallegos menciona que es necesario dilucidar tres modos o relaciones de conocimiento para revelar la sutil problemática que encierra y que es de fondo. La inicial es aquella en la que se establece una relación entre un objeto y otro objeto, entendiendo por objeto a todo aquello que no es humano, es decir, desde animales, vegetales,  minerales y procesos de interacción entre dichos objetos, todos ellos pertenecientes a lo que se denominan fisiosfera y biosfera. La relación objeto-objeto se caracteriza por interacciones por reactividad o en todo caso por emocionalidad en ellas e incluso un tipo de inteligencia que apenas vamos conociendo (diría yo), sin embargo, esta relación no presenta conciencia que dé cuenta de sí misma, o de la simbolización de sus actos. Este tipo de relación se presenta también cuando el instinto aparece y los procesos biológicos definen las conductas, no hay subjetividad y por lo tanto tampoco intersubjetividad, de ahí que el dialogo consiente no se pueda dar, este es un mundo material y biológico, en donde las interacciones son gobernadas por la química, la física y por tanto pueden ser mesurables y cuantificables.
Una segunda relación epistemológica es la que se genera entre objeto y sujeto, una relación en donde los seres humanos participan generando intercambios externos y de un solo sentido en nuestras comunicaciones (hasta ahora así lo reconocemos). Esta relación, intercambia mensajes en las diferentes niveles del kosmos, es decir, del nivel de la noosfera y teosfera hacia la fisosfera y biosfera, se trata de una interacción que los seres humanos tenemos con las cosas, las maquinas, los animales no humanos, la naturaleza. Este intercambio puede arrojar la posibilidad de ser medido y experimentado sensorialmente. Se deduce de todo esto, que proceso consiente solo lo vamos a descubrir en un solo lado, es decir, un acceso a la interioridad consiente y este será del lado del sujeto. La linealidad, instrumentalidad y manipulación está presente, los seres humanos utilizan a los objetos para su servicio. La ciencia positiva, con todos sus elementos característicos es un claro ejemplo de esta relación que puede ser mecánica,  material y conductual. La subjetividad y la intersubjetividad no aparecen recíprocamente más que de un lado, no hay significatividad intercambiada, de ahí que la responsabilidad de los aspectos éticos del empleo de la relación entre sujeto-objeto, caiga solo en el primero.
Por último, tenemos la relación sujeto-sujeto, que es la relación típicamente humana, psicológica, social y culturalmente hablando, esta relación es la que nos genera el despliegue de estructuras simbólicas, afectivas, cognitivas, lingüísticas. Este tipo de relación nos coloca en una condición dialógica que permite el intercambio pleno de mensajes de diversa naturaleza, comenzando con todas aquellas emanadas de la conciencia humana y la posibilidad de interpretación no solo es cognitiva sino cultural también. La relación sujeto-sujeto, no puede ser medida o cuantificada desde lo empírico y tampoco predictible porque se origina desde la interioridad de los sujetos en relación, de ahí la condición de comprensión más que de explicación de los intercambios y procesos que esta relación genera. Los atributos más sublimes de lo humano son intercambiados en procesos de intersimbolización e intersubjetividad y así la interpretación se convierte en la posibilidad de conocer este tipo de relación, sin objetividad empírica, la relación entre seres humanos esta mediada por la intencionalidad y el lenguaje, por la conciencia, el interés y el significado que se le da a las conductas.

Una vez revisado los anteriores planteamientos, surgen en mí, evidentes reflexiones referidas al tipo de Educación Física que regularmente nos encontramos en los patios escolares y la evidente contradicción que con respecto al cuerpo humano y la persona se mantiene con el interés de educarla. Lo primero que nos damos cuenta es que al alumno regular se le considera, valora y concibe como objeto. La terrible problemática que poco se identifica y no somos conscientes de ella fácilmente,  es la que se genera al confundir lo físico con la corporeidad, es el de la transmutación del sujeto en objeto. En el transito que recorre el educando, de su salón de clase, al patio en donde se lleva a cabo la sesión de Educación Física, sufre una mutación crucial y trágica, de ser un sujeto es transformado vertiginosamente en objeto, para cuando llega a su destino es un ser físico, en donde el ser es adorno mas no existe en realidad,  ni tampoco importa. ¿Qué o quién es lo que lo transfigura?, sin temor a equivocarnos responderíamos contundentemente, que es la cultura, el paradigma, el modelo omniabarcante en que estamos inmersos todos. De ahí que pudiéramos decir que esto mismo pasa en todos los escenarios de la educación tradicional y convencional. El asunto aquí, y en esto quisiera ser enfático, es que en donde más drásticamente se delata esta condición, es justamente en la asignatura escolar que de entrada y sin preocupación, ni conciencia, se asume que educa lo ¡¡“físico”!!, ¡válgame!.
Seamos ecuánimes y vayamos con calma. Una Educación que pretende desde su denominación trasgredir importantes relaciones epistemológicas, parece inconcebible, no nada más contradictorio, la suerte de impunidad que esto representa nos hace cómplices a todos, al aceptar la imposibilidad que guarda el intento de establecer un proceso  educativo que por definición tocaría interioridades del educando como premisa fundamental y la limitación evidente de ser objeto o cosa que no puede ser educada.

El problema aquí no es reconocer que en el ser humano hay una parte objetual  que lo constituye también, digamos que la estructura morfológica y su funcionamiento orgánico son la dimensión física de él, sin embargo, al ver las características de las tres relaciones epistemológicas generales anteriormente expuestas, no tardaríamos en ubicar la situación que expongo, más que en la segunda relación, la de la relación sujeto-objeto y en esta, no se dan actos, procesos o situaciones educativas dado que no hay  intersubjetividad de ningún tipo, por lo tanto,  lo que a nombre de la educación hacemos con la dimensión física del ser humano es decir de nuestros alumnos, no es más que domesticación o adiestramiento. Una opción de superación de este problema es aquella que varios autores señalan:  “dejemos de nombrarle Física a la educación que de entrada no se puede dar”.

Otra posible opción de superación de estos obstáculos epistemológicos y a modo de conclusión de este trabajo, es la de reconocer que en esa fisicalidad nuestra no se reduce nuestro ser corporal, como tampoco en nuestra corporeidad se agota nuestro ser integral. Una visión holista de la realidad, como hemos visto, va a concebir una totalidad conformada por partes, dimensiones u holones, esta condición aplica para el universo como para los seres humanos, en donde la totalidad se dinamiza y fluye a veces siendo partes a veces siendo totalidades. Podríamos decir que más allá de la dimensión física que nos conforma, también somos una dimensión corporal que se elabora en el entrecruce de subjetividades, significaciones y demás entramados de la cultura. También podríamos comentar que cuando el ser humano hace representaciones mentales de sí mismo, se transforma, cuando el ser humano se piensa a sí mismo, se conoce, se hace consiente, se hace a si mismo de algún modo. De esta manera, va surgiendo una imagen representativa e interpretativa de lo corporal desde la conciencia y esa imagen elabora y modifica a un cuerpo que se está desarrollando más allá de lo físico. A esta conciencia del cuerpo que somos, le llamamos corporeidad y en ella se rescatan todas las subjetividades que integran al ser humano, por ella, podemos decir que desde el cuerpo sentimos, pensamos, nos emocionamos, actuamos y vivimos.

La corporeidad es una holarquia, en donde se integran diversas dimensiones del ser humano y en la que se van elaborando importantes logros de desarrollo consiente en él. Es la corporeidad la conciencia del cuerpo subjetivo que somos y también del cuerpo físico que nos estructura y nos mantiene ligados al mundo biológico y natural.
La corporeidad es cultura, símbolo y significado viviente, es interdiálogo entre semejantes, es posibilidad de entendimiento ético y reflexivo, es historicidad consiente individual y colectiva, es discernimiento interpretativo, es  la posibilidad de un movimiento en ella que va más allá de lo mecánico y objetual, es la condición de la motricidad. La corporeidad reúne condiciones que la tercera relación epistemológica sujeto-sujeto establece,  y desde ahí,  si se puede educar.

BIBLIOGRAFIA.
Gallegos, Ramón.  (2001). Educación Holista. Pedagogía del Amor Universal. Editorial Fundación para la Educación Holista, Guadalajara.
Gallegos, Ramón. (2000). El espíritu de la educación. Integridad y trascendencia en educación holista. Editorial Fundación para la Educación Holista, Guadalajara.
Gallegos, Ramón. (2001). Una visión integral de la educación. El corazón de la educación holista. Editorial Fundación para la Educación Holista, Guadalajara.
Gallegos, Ramón. (2001). Educación del corazón. Editorial Fundación para la Educación Holista, Guadalajara.
Gallegos, Ramón. (2001). Educación para la vida y la Paz. El corazón de la educación holista. Editorial Fundación para la Educación Holista, Guadalajara.



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